Objetivo Agenda 2030: el papel crucial de los hormigones con cementos con un elevado contenido de adiciones y el empleo de aditivos de última generación

En un contexto cada vez más consciente del impacto ambiental, la industria de la construcción se encuentra ante el desafío de adaptar sus prácticas a las exigencias de sostenibilidad y eficiencia energética, para reducir su huella medioambiental. Así, la Agenda 2030 establece metas ambiciosas para la reducción de emisiones de carbono y la mejora de la resiliencia de nuestras infraestructuras. En este sentido, los hormigones con cementos con un elevado contenido de adiciones emergen como una solución eficaz, pues ofrecen ventajas técnicas significativas mientras cumplen con estos objetivos ambientales.

 

El contexto Agenda 2030

La agenda 2030 propone un cambio profundo en las metodologías de construcción tradicionales, orientado hacia técnicas que no solo reducen la huella de carbono, sino que también prolongan la vida útil de las estructuras. Adoptar materiales que ofrezcan eficiencia en el uso de recursos y una menor emisión de gases de efecto invernadero es crucial para alcanzar estos objetivos. En este escenario, los hormigones elaborados con cementos con adiciones, como puzolanas naturales, escoria de alto horno, cenizas volantes o filler calizo juegan un rol transformador, optimizando las prácticas constructivas y alineándolas con las directrices de sostenibilidad global.

 

Características de los hormigones con cementos con alto contenido de adiciones

La composición de estos cementos incluye subproductos industriales que, si no se utilizasen, terminarían como residuos, como las escorias de alto horno o las cenizas volantes. Estas adiciones no solo reducen el contenido de clinker del cemento Portland, cuya producción es intensamente energética y gran generadora de CO2, sino que también confieren mejoras en las propiedades mecánicas y de durabilidad del hormigón.

Las cenizas volantes, por ejemplo, son un subproducto de la combustión de carbón en centrales eléctricas y actúan como un agente puzolánico. Este componente reacciona con el hidróxido de calcio del cemento para formar productos cementantes que resultan en una matriz de hormigón más densa y robusta. Por su parte, la escoria de alto horno mejora la trabajabilidad del hormigón y contribuye a una mayor durabilidad frente a la corrosión y el ataque por sulfatos, mientras que la micro sílice reduce significativamente la porosidad del hormigón, aumentando su resistencia mecánica.

 

Beneficios de estos hormigones  que incorporan aditivos de última generación

Bajo esta premisa, dentro de los hormigones que incorporan cementos con alto contenido de adiciones, tenemos que destacar el papel de los aditivos de última generación, diseñados especialmente para estas aplicaciones. Este tipo de aditivos presentan múltiples beneficios, ya que optimizan tanto la trabajabilidad como las características a largo plazo de estos nuevos hormigones en los actuales proyectos de construcción.

Los aditivos se incorporan en cantidades perfectamente controladas para mejorar características específicas del hormigón, tanto en estado fresco, como en estado endurecido. Por ejemplo, los superplastificantes permiten una reducción ya importante del agua necesaria y mejoran la trabajabilidad del hormigón obteniéndose con ello hormigones mucho más técnicos.

Además, en algunos casos, y para aplicaciones más especiales, las incorporaciones de micro o nano-sílice, pueden complementar las funciones del cemento, formando productos cementantes secundarios que mejoran notablemente las propiedades mecánicas y la durabilidad del hormigón por la importante reducción de la porosidad. Estas prácticas no solo contribuyen a la reducción de la huella de carbono del hormigón, sino que también impulsan el avance hacia una construcción más duradera, y por ello más sostenible en ambientes más agresivos.

 

Contribuciones a la sostenibilidad

La implementación de estos hormigones reduce de manera significativa las emisiones de CO2 asociadas con la fabricación de cemento, contribuyendo directamente a los objetivos de reducción de emisiones de la Agenda 2030. Además, la utilización de estos subproductos industriales fomenta una economía circular, maximizando el uso de recursos disponibles y minimizando el impacto ambiental de los materiales de construcción. Hay que resaltar que estos aditivos de última generación, contribuyen de una forma decisiva a la realización de estos cambios y mejoras, ya que de otra manera no se podrían en absoluto colocar y compactar correctamente estos nuevos hormigones debido a los cambios que estos nuevos cementos implican, por un lado al aumento de la demanda de agua debido a su mayor finura y, por otro lado, a los nuevos mecanismos físico-químicos que presentan.

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