La industria de la construcción, en su constante búsqueda de nuevas soluciones, ha encontrado en los aditivos para hormigón y mortero un elemento esencial que revoluciona la composición de este material. En este contexto, los aditivos se han revelado como elementos clave, revolucionando la composición del hormigón para adaptarse a diversas necesidades, principalmente las derivadas de los objetivos de descarbonización de la industria del hormigón.
En la actualidad, los aditivos se utilizan en casi todas las aplicaciones de hormigón, tanto el Prefabricado, como el Preparado en Central. Desde la modificación del tiempo de fraguado hasta la reducción del contenido de agua o la introducción de aire, estos elementos químicos ofrecen una amplia gama de posibilidades. Destacan los plastificantes y superplastificantes de última generación (a los que ya les dedicamos otra entrega en nuestro blog) que, entre otras cosas, facilitan la creación de estructuras más complejas, como el hormigón autocompactante, mejorando la calidad y vida útil del material.
Ventajas clave del uso de aditivos
Las ventajas del uso de aditivos son numerosas, según la propiedad del hormigón que se quiera potenciar o la aplicación final; pero tres son los factores clave para la industria: optimización del diseño, economía y mejora estructural.
Los aditivos, como los reductores de agua, han demostrado mejorar la trabajabilidad del hormigón, reduciendo el coste al optimizar la cantidad de material cementante necesario. La aplicación de estos aditivos químicos permite reducir el volumen de agua mejorando notablemente la durabilidad y la calidad del material.
Además, la optimización del material mediante la utilización de una menor cantidad de agua o de material cementante conlleva a una reducción de costes. El uso eficiente de aditivos proporciona una mayor vida útil a las estructuras, generando ahorros no solo a corto plazo sino también a lo largo del tiempo.
Por otro lado, el uso adecuado de aditivos potencia la resistencia mecánica y la durabilidad del material y minimiza sus debilidades para ser atacado por los agentes químicos durante su vida útil, ofreciendo no solo una ventaja competitiva sino también una solución sostenible para la construcción civil y conseguir estructuras con mucho más de cien años de vida útil garantizada.
Aplicaciones específicas
Una vez vistas estas ventajas, nos centramos en destacadas aplicaciones del hormigón que no serían posibles sin el uso de aditivos especiales.
Los superplastificantes permiten la fabricación de hormigón impermeable, reduciendo la cantidad de agua necesaria para la mezcla. Aquí, lo interesante es la baja permeabilidad que se consigue, logrando fabricar hormigón duradero y resistente a los ataques físico-químicos del ambiente.
Otra aplicación interesante, y que está directamente relacionada con la permeabilidad del material, es el hormigón sumergido, que es un hormigón completamente impenetrable al agua u otro fluido. Esta tecnología se aplica comúnmente en estructuras como muros, tuberías y elementos de cimentaciones sumergidas, normalmente en obras marítimas y en puertos. Para estos casos concretos, se recurre a aditivos compuestos por polímeros de celulosa, agentes anti segregación, superplastificantes y reductores de agua. Todos estos componentes mejoran la cohesión del hormigón y previenen la dispersión de partículas en contacto con el agua durante la fase plástica de colocación en obra.
A través de aditivos tensoactivos aireantes, se logra un hormigón más ligero con propiedades de aislamiento térmico y acústico, ofreciendo soluciones versátiles en diversas aplicaciones constructivas. El uso de estos aditivos lo encontramos también en climas extremos, dónde la estructura celular del hormigón aporta una gran resistencia a los ciclos hielo-deshielo durante la vida útil del elemento.
Los aditivos para hormigón y mortero representan una herramienta valiosa en la construcción, mejorando la eficiencia, reduciendo costes y potenciando la durabilidad de las estructuras. Esos avances no solo revolucionan la composición del hormigón, sino que también contribuyen significativamente a prácticas más sostenibles en la construcción civil, marcando el camino hacia un futuro donde la innovación y la sostenibilidad se entrelazan para construir un entorno más resiliente y eficiente.
