Aditivos y huella de carbono, cómo contribuyen a la sostenibilidad del hormigón

El hormigón es el material de construcción más utilizado del mundo, y también uno de los más cuestionados en términos de sostenibilidad. Su impacto ambiental, medido principalmente por la huella de carbono, está directamente relacionado con el uso intensivo de cemento, cuya fabricación representa entre un 7% y un 8% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO₂).

En este contexto, los aditivos químicos para hormigón están emergiendo como una solución eficaz y técnica para reducir emisiones sin comprometer la calidad estructural ni la durabilidad de las obras. Aunque su participación en el volumen total del hormigón es reducida (no superior al 5 % en masa del contenido de cemento del hormigón), su capacidad de transformación sobre las propiedades del material es notable.

 

¿Qué es la huella de carbono del hormigón?

La huella de carbono se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero (expresadas como CO₂ equivalente) asociadas a las distintas fases del ciclo de vida de un producto, desde la extracción de materias primas hasta su uso y disposición final.

En el caso del hormigón, las fuentes principales de emisiones son:

  • La fabricación del cemento, que requiere altas temperaturas para la producción de clínker, más el CO₂ procedente de la descarbonización de la roca caliza.
  • La energía consumida en la fabricación, puesta en obra y curado
  • Las emisiones asociadas al transporte, tanto de materiales como de hormigón
  • En menor medida, los componentes auxiliares, como aditivos, áridos, agua o fibras

Por lo tanto, para reducir la huella de carbono del hormigón, hay que actuar sobre todos estos factores, y los aditivos pueden ayudar directa e indirectamente en varios de ellos.

 

¿Cómo contribuyen los aditivos a reducir las emisiones?

Los aditivos, aunque representan una fracción muy pequeña del volumen del hormigón, pueden generar impactos significativos sobre su comportamiento, durabilidad, eficiencia en obra y sostenibilidad.

  1. Reducción del contenido de cemento

Los aditivos reductores de agua permiten alcanzar la trabajabilidad deseada con menos agua y, en consecuencia, menos cemento para una resistencia determinada. También, facilitan el uso de cementos con menor huella de carbono (este es el objetivo actual de los nuevos aditivos) o la incorporación de materiales cementantes suplementarios (como cenizas volantes, escorias de alto horno, puzolanas naturales, etc.).

Menos clínker = menos CO₂ incorporado por metro cúbico de hormigón

 

  1. Optimización de mezclas

Con la ayuda de superplastificantes, retardadores o acelerantes, es posible diseñar mezclas más eficientes y robustas, adaptadas a las condiciones de obra y con mejor desempeño mecánico y durabilidad, lo que alarga la vida útil de las estructuras.

Mayor durabilidad = menos necesidad de mantenimiento, reparación o reconstrucción

 

  1. Mejora de la puesta en obra

Los aditivos permiten un fraguado más controlado, mejor capacidad de bombeado, menor segregación y una colocación más eficiente, lo que puede reducir desperdicios y consumo energético durante la ejecución.

Obras más rápidas y eficientes = menor consumo de recursos y energía en fase constructiva

 

¿Por qué los aditivos son un aliado estratégico en la sostenibilidad del hormigón?

Las declaraciones ambientales de producto (DAP) y estudios de análisis del ciclo de vida han demostrado que, en muchos casos, el uso de aditivos reduce la huella de carbono global del hormigón, incluso cuando se consideran sus propias emisiones que son muy bajas.

Los aditivos para hormigón no son solo una mejora técnica o un recurso para resolver problemas puntuales en obra. Son, hoy más que nunca, una herramienta estratégica para la sostenibilidad del sector de la construcción.

Permiten reducir en gran medida los problemas derivados del empleo de cementos con mayor cantidad de adiciones, mejorar el rendimiento estructural, aumentar la durabilidad, reducir el consumo energético y minimizar desperdicios. Todo ello contribuye de forma directa a:

  • Disminuir la huella de carbono por metro cúbico de hormigón
  • Avanzar hacia una construcción baja en carbono
  • Cumplir con los nuevos criterios y certificaciones ambientales

Los aditivos para hormigón no solo mejoran las propiedades del material: también son una palanca esencial para reducir su impacto ambiental. Adoptarlos con criterios técnicos y enfoque sostenible es un paso fundamental hacia una construcción más responsable y eficiente.

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